Grande, pequeño...

Los que de antemano han visto por televisión el Hemiciclo; el Salón de Sesiones donde los diputados parlamentan en el congreso, dicen, cuando llegan  a verlo in situ que es mucho más pequeño que lo que les había parecido a través del televisor. Claro que todo depende  con qué lo comparemos. Para una diputada del PP es muy pequeñito, muy pequeñito… ¿lo compararán con su suntuosa mansión?

Cierto día sacaron a unos presos de Alcalá Meco. Les dieron un garbeo por la ciudad porque se habían portado bien y los llevaron al Congreso de los Diputados. Por enésima vez se contó la historia de : “¡Quieto todo el mundo!” y vieron los balazos en el techo y la pared. Para estos chicos el salón del Hemiciclo era muy grande, muy grande, muy grande….

No des explicaciones, la gente sólo escucha lo que quiere oír

Cuentan que Oscar Wilde estaba convencido de que a menudo la gente no escucha cuando se le habla.

Para demostrarlo contaba a sus amigos una anécdota que aseguraba haber vivido en primera persona.

Así, recordaba el día que tuvo que asistir a una importante fiesta a la que llegó tarde. Para justificar su tardanza ante la anfitriona, Wilde puso como escusa que se le había hecho tarde porque "había tenido que enterrar a una tía suya a la que acababa de matar". La dama, sin inmutarse, contestó: "No se preocupe. Lo importante es que haya venido".

Plaga

"Si de forma consciente votas a un político corrupto es porque tú en su caso harías exactamente lo mismo"

"Existe una infección cerebral, que se llama ideología mórbida, mucho más contagiosa que la gripe del pollo o la enfermedad de las vacas locas, contra la que no existen vacunas."

"Uno de los síntomas de esta infección es una fiebre rara que te impide ver el lado sórdido de los políticos de tu partido".

Manuel Vicent.

El orador

Ni aspecto físico, ni ágil verborrea...lo único que importa es el carisma.