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viernes, 21 de febrero de 2014

Un dios antropomórfico…


Cuando Caín le ofreció a Dios sus mejores productos de la tierra, Dios le recrimina: ¿No ves a tu hermano Abel dándome sacrificios de animales? ¿Es que no sabes que el olor a carne quemada es un grato olor para mis narices?

Dios desde el principio juega con las cartas marcadas… él es el narrador omnisciente; él sabe las cartas que van a salir y hace trampas. Pues, por una parte, da libre albedrío, y por la otra exige obediencia.. Y es tan rápido en ejecutar sentencias, que a la primera de cambio nos deja fuera, a la intemperie ¡en la puta calle! “donde está el llanto y el crujir de dientes”. Así que al Hombre no le queda otra… o como decía Nietzsche: “lo que no te mata te hace más fuerte”.

Después, ese dios antropomórfico,  ese monstruo, ese caradura… se inventa lo del bien y el mal; lo del pecado y todo eso.
Así que el Hombre se las tiene que inventar como puede.  Unas veces juega a ser bueno y otras a ser malo. De hecho todos los hombres buenos han sido malos, o al revés. Véase a Lucifer (disfrazado de ángel de luz) que se volvió malísimo. O a Saulo de Tarso, que se complacía en perseguir  cristianos para ver cómo los ejecutaban… O Cefas, que negaba a Jesús una y otra vez antes de que lo elevaran en hipotético Papa los católicos de Constantino I. Y hay muchos más. Judas Iscariote,  San Agustín,  o el mismísimo rey David, que antes de ser rey de Israel se unió a los filisteos y por aquellas montañas, en plan montaraz, se cargaba a todos los judíos que encontraba…

Y ahora qué…

Hasta aquí hemos llegado, por esta senda que nos ha conducido hasta el valle de Josafat, hasta ponernos frente a las puertas de “La Cueva de Ladrones” Esperando a que salga el demiurgo por excelencia. El dios narrador con conocimientos máximos en este caso, que sabe todo lo que piensan los personajes, lo que sucedió en el pasado y acaecerá en el futuro… por eso moraliza, enjuicia, opina… es el narrador omnisciente que con trucos y engaños no llevará hasta el final….

viernes, 14 de febrero de 2014

La tonta risa


A él le gusta caer bien, más que ser gracioso. Así que se pone a contar algo gracioso a modo de chiste. Pero hoy, precisamente, ha empezado a darse cuenta de que algo falla en sus chistes… cada vez que hiere a alguien en público en la cafetería con el acero afilado de su ironía, siempre es la misma chica la que se ríe… un gesto se dibuja en sus labios que anticipa una risa bobalicona que lo desconcierta por completo. Le molesta, le molesta profundamente esa risa porque no es meritocrática y pone su inteligencia a la altura del betún. Seguramente, piensa, le caigo bien a esta chica, pero ¡es que caerle bien a una persona y ser gracioso son dos cosas distintas! Hasta que un día se decide a hablar con ella. Mira, le dice, lo único que te pido es que esperes a que termine de contar el chiste y luego decidas si es gracioso o no, nada más, reirse antes de tiempo es ilegal. Ella no dice nada, pero al día siguiente antes de concluir su próximo chiste ya puede adivinar su sonrisa al acecho. No hay nada que hacer, piensa abrumado por tanto patetismo , así que decide callarse y no terminar el chiste. Su humor es suyo y se lo lleva. Y se va a otra parte con el… porque no es lo mismo que se rían de tus chistes a que se rían de ti….


martes, 4 de febrero de 2014

Estos chinos…


Un informático chino ha solicitado en el registro civil de su país que su hijo reciba el nombre de “Punto com” cuya pronunciación en mandarín es similar a saludable o seguro.

El original papá se escuda en otra petición de un compatriota no menos extravagante que quiso llamar  a su hijo Arroba (@) porque el nombre de éste símbolo en chino suena como la frase “te amo”.

Los chinos desde siempre se han adelantado en todo… dicen que son individuos que trabajan lento pero seguro, sin dejarlo ni un momento… no como nosotros los europeos, más concretamente los españoles, que hemos vivido “por encima de nuestras posibilidades…“ según algunos pésimos mandatarios que mandaron construir edificios para su beneficio y ahora los que se creyeron propietarios están viviendo en la calle… y sin Internet (?) y por tanto sin saber lo que pasa en el mundo. Los chinos al menos sueñan con cosas más sencillas… como es poner a sus hijos nombres más acordes con los nuevos tiempos; nombres mucho más apropiados para héroes galácticos. Y es que con su achinada mirada tiene una visión mucho más allá… y por ello nunca se podrá decir que están parados...