Llegó el ángel
y asombrado
contempló la Tierra envilecida
¿Dónde escondisteis la luz,
dónde el honor, la justicia y la armonía?
¡Habéis emponzoñado las fuentes de la vida:
tierra, agua, y aire mancillados...!
Esta no es la casa de mi Padre.
Y enfurecido,
blandiendo la espada,
confinó a los malvados
y restituyó para los justos
la belleza, la paz y la alegría.
Un texto contundente, fiel reflejo de la falta de luz y armonía que prevalece en nuestra sociedad.
ResponderEliminarMe gustó mucho leerte.
Saludos.
¡¡¡Hay tantos malvados ciegos de sentimientos y conceptos en este Mundo!!!
ResponderEliminarMuy buen Post.
Para que haya justicia, habrá de restituírla un ser extraordinario?
ResponderEliminarUN abrazo. carlos
Carlos Augusto Pereyra Martínez:
ResponderEliminarNos falta sentido de la justicia. Y nos sobra egoísmo...y desde luego yo no tengo ni idea de quien puede cambiar eso...
Un abrazo.
El del planeta de los simios,
ResponderEliminarcon la Estatua de la libertad
escondida en la playa
es uno de los finales
más desasosegantes
que recuerdo,
quizá también el más cierto,
como tus versos.
Y el ángel se llamaba visión cabal.
ResponderEliminarY el ostentador del trono se llamaba egoísmo, ignorancia y tontería.
Transformo "tu cuento" en plegaria
y te doy un beso.
¿Llegará o dejará que nos ahoguemos en esta maldad que tiñe cada vez más nuestros días?
ResponderEliminarTal cual Clarodecir... incluso cuando crees toparte con alguien justo, tarde o temprano le sale a flote el lado de la bajeza.
ResponderEliminarEsto no tiene arreglo. Necesitamos que venga cuanto antes el ángel. Tarda demasiado ¿no? ¿Por qué será?
Besos