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sábado, 12 de enero de 2019

La verdad de las cosas...


En estos días he recordado al gran Saramago, en su reflexión tan acertada que hizo sobre la utilidad de nuestro voto. Y lo dijo con total clarividencia: "Podemos quitar o poner gobiernos, pero no podemos derribar al verdadero poder: las estructuras económicas y financieras".

En estos días en que estoy leyendo, también, a George Orwell en su novela 1984, he llegado a pensar que nada de lo que ocurra en el mundo es algo que pueda ser "evitable", pues todo tiene su razón de ser. Nosotros, los humanos, somos masa manipulable... Pero como unos somos más humanos que otros...hay quien se erige como un  estado del aparato estatal: Es el Alto Poder que todo lo Gobierna.

En la novela 1984 se muestra como la alta burocracia, tiene sometido al pueblo; pobre y entretenido en las cosas más elementales para anular  la fuerza de rebelarse. Es un mundo en que la intimidad y el libre pensamiento está totalmente prohibidos. El pueblo está todo el tiempo vigilado por telepantallas que en todo momento saben lo que están haciendo y lo que piensan. Y todo sospechoso termina siendo torturado física y psicológicamente con increíbles métodos para así modificar su pensamiento. Por una elemental supervivencia, el sujeto después de éstas prácticas termina creyendo que 2 + 2 = 5. Éste es el mensaje de la interesante novela 1984. Por supuesto que no todo se reduce a eso, pues hay muchas más reflexiones que se pueden sacar de éste magnífico libro. En él se retrata un mundo de ficción, pero no resulta tan descabellado, ya que puede llegar a pasar algo parecido en cualquier parte y en cualquier momento... Y es que a veces la realidad puede asemejarse a esa ficción.

Ahora, en estos nuevos tiempos, nos entretienen con los sujetos más mediocres...son como "los payasos de la tele".No sé quien dijo que la derecha siempre pone a los listos en la Iglesia Católica y a  los tontos en la política. Después de Rajoy ahora quieren poner a este...