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miércoles, 2 de octubre de 2013

Reiterativa soy…


… otra de la Biblia.

 Abisag

El rey David era ya anciano, entrado en años; y, aunque lo cubrían con mantas, no entraba en calor. Sus asistentes le dijeron: “Hay que buscar para el rey mi señor una joven virgen que sirva al rey y sea su doncella; que duerma sobre su pecho y el rey mi señor pueda entrar en calor”. Tras buscar una muchacha hermosa por todos los términos de Israel, encontraron a Abisag, la sunamita, que presentaron al rey. La joven, era extraordinariamente hermosa, era su doncella y le servía, pero el rey no intimó con ella.

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Ya se respiraba en el ambiente que de  un momento a otro el rey David moriría. Así que en palacio ya empezaron todos a mover fichas. Por un lado el amante de la madre de Salomón, Natán, que manipulaba a todos los que tenían algún poder. Por otro Adonias, hijo mayor del rey al que apoyaban algunos sacerdotes de la Cúpula y el jefe del ejército, Joab. Aunque es lo cierto que las traiciones y conspiraciones estaban a la orden del día… Los hijos de David tomando posiciones…

La estrategia de Adonias era quedarse para si con el harén del rey David, su padre, pues eso era un símbolo de la sucesión al trono. Así que se presentó a Betsabé, madre de Salomón, porque Betsabé era el centro de muchos tejemanejes… y le pidió la mano de Abisag, la sunamita. Cuando Salomón se enteró de la solicitud de Adonias puso el grito en el cielo: ”Pero madre, ¿cómo pides tú  a Abisag, la sunamita, para Adonías?. Pide ya para él la realeza, pues es mi hermano mayor”.

Salomón, entonces ordenó de inmediato que mataran a  su hermano Adonias…

Así de simple…

Nota al pie.
Aun no se había establecido la ley salomónica…esa ley tan justa y equilibrada. Claro que, al fin y al cabo, puede que eso sea simple literatura…

3 comentarios:

  1. Hace días que me he fijado en esta entrada y en la anterior. La verdad es que no se me ocurre nada para comentar. Como Serrat, miro al techo...y lo único que veo es la necesidad de una buena mano de pintura...

    besos.

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  2. Aunque puedan parecer interesantes estas entradas de la Biblia, creo sinceramente que no interesan a nadie. Son culebrones pasados de moda, cosas que no aportan nada en el devenir de nuestro día a día. Hay sin embargo otros libros sagrados más interesantes,con dogmas que hacen crecer el espíritu y elevan nuestro intelecto; nos incitan a buscar el camino de la felicidad. Aunque aquí, en la blogosfera, no creo yo que nadie intente dar pautas de vida ni de nada.

    Saludo

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  3. Puro cuento al fin. Nada edificante, nuestro salomónico rey, el de la sabia experiencia de partir el niño en dos. Qué gusto leerte. carlos

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