martes, 25 de marzo de 2014

Éxito


Parece que todo gira en torno a ese concepto. Éxito. Solemos decir que tal o cual persona ha tenido éxito. O que alguien llegará muy lejos… que tendrá éxito. Y parece que muchos encauzan su vida para buscar el camino del éxito. Estudian, trabajan, hacen mil piruetas honestas y deshonestas para llegar a él.

En filosofía se especula mucho sobre la razón de ser, sobre si la finalidad de una persona  es llegar al éxito para ser feliz. Y se llega a la conclusión de que el éxito no tiene nada que ver con lo que mucha gente imagina. Porque no está en lo económico, ni en los negocios. No se debe a títulos nobles y académicos. Y mucho menos aparecer con frecuencia en la televisión, o a tener una enorme mansión con un garaje repleto de coches. Nada que ver con todo eso, dicen los estudiosos del alma humana. Ni con tu estatus o con la marca o el precio de la ropa.

Y suponiendo que el éxito tenga un valor apreciable para el ser humano, hay que buscarlo en el aprecio de tus congéneres; en tus amigos, tu familia, por ahí hay que buscarlo y evaluar cuanta gente te sonríe por ser tú mismo (no por tu dinero, poder o fama). ¿Cuántos admiran tu sinceridad y la sencillez de tu espíritu? ¿A cuantos  de ellos aprecias y amas? Se trata de si te recuerdan cuando te vas, ¿Te  echan de menos? ¿O se felicitan porque no estás con ellos? ¿Te quiere tu familia y tus amigos? ¿Te quieren aunque no tengas dinero y seas humilde? ¿Sí? ¡Eso es éxito! Eso no se puede adquirir con dinero, con manipulaciones, o por decreto. Éxito se refiere también a cuanta gente ayudas, a cuanta gente evitas dañar, a mirarte en el espejo y sentir que conservas tu dignidad en el camino de la vida y que estás en paz contigo mismo y también con todos los que amas.


lunes, 17 de marzo de 2014

El nuevo culto…


La cultura de “las cosas” está sustituyendo a la cultura de las ideas. Porque las cosas ya no son medios para el desarrollo de una dimensión humana superior de las ideas,  sino que se han convertido en fines. Más aún, constituyen el mundo en que nos movemos y existimos, porque invaden nuestro espacio, nuestro tiempo y hasta nuestra psicología. Ya no nos movemos en el espacio natural de tierra, mar y aire, sino en un inmenso escaparate de cosas que tenemos que contemplar y consumir; no podemos dar un paso sin encontrarnos con el rótulo de un negocio, la publicidad de una marca comercial o la seducción de hermosos objetos artificiales.

Nuestro tiempo también está ocupado por las cosas; no sabríamos en qué emplearlo sin la distracción y entretenimiento que ellas nos deparan y nos aburriríamos soberanamente si nos faltara nuestro PC, el televisor, el móvil, la tableta y los mil aparatos de juegos. Pero lo más grave es que las cosas han invadido nuestro mundo interior. Esa gran parte de las ilusiones y preocupaciones que bullen en muchas cabezas es cómo conseguir cosas. Lo que debiera ser externo y secundario se ha convertido en lo más importante e íntimo de nuestro mundo.



sábado, 8 de marzo de 2014

¿Fue un Trolero infame?


Enric Marco Betlle

El mundo de las imposturas es siempre un territorio muy poblado. Creo que la esencia de la vida está en las realidades virtuales. Una vida  no es la existencia. Según Sartre vivir no es existir. Entre la esencia y la existencia está el meollo del asunto. Sin tratar de hacer un símil, diríamos que la mentira es lo más consistente que tiene la verdad, y ésta sin aquella dejaría de tener sustancia.

La vida de un hombre, Enric Marco, que podría haber sido anodina se convirtió  en apasionante: Después de cientos de entrevistas, actos de testimonio y solidaridad, comparecencias  ante altos mandatarios, homenajes y medallas, superviviente de Mauthausen,  se vio obligado a reconocer que nunca fue reportado a un campo de exterminio nazi. ¡Fue tan emocionante, tan bonito mientras que parecía verdad…!
Pero no. Todo resultó ser una farsa. El héroe se convirtió en humo.
Y nosotros ¿Qué hacemos con esta historia?
¿Nos alegraremos por él o nos indignaremos porque alguien  no fuese maltratado de verdad?

Mario Vargas Llosa estuvo dispuesto a recibir a este ya famoso impostor. Recibiría a Eric Marco con los brazos abiertos-dijo- cuesta trabajo condenar su impostura “¡es uno de los nuestros!” y dijo que lo admitiría  en el club de los novelistas, pues “también nosotros vivimos de esas farsas”.

“La impostura está demasiado  mezclada con nosotros, parece hoy la piel de nuestra realidad”. Declaró el poeta Luis García Montero.
Y de todos modos ¿Quién no ha contado en algún momento de su vida una farsa? Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra…

sábado, 1 de marzo de 2014

Rumores…


Ruido confuso.

Voy a contar la historia de un experimento lanzado hace unos días en un programa televisivo de altas horas de la noche. Se habló de unas cartas que, en su día, se escribieron a cierta persona. Las cartas las había escrito, supuestamente, una mujer a otra mujer de la que estaba enamorada…

¿Hacemos un experimento? Se lanzó la pregunta a la mesa. Queda ahí la cosa hasta que empiezan a retomar el tema en otros programas. Y aunque en un principio todo fue negado por la destinataria de las cartas, luego admitió  que en el caso de que esas cartas hubieran sido escritas, ella nunca las había recibido.

Nuevamente en otro programa ya se hablaba de que las cartas iban a ser publicadas en una revista, pero que se dudaba de su autoría. Ahí queda el tema, de momento… porque continua y continua … Y no es que yo estuviera pendiente del asunto; pues en verdad sólo uso la tele para ver películas, o ver cómo se puede distorsionar una noticia… y poco más. Pero es que Jacinta, la del kiosco, me lo había contado con todo lujo de detalles cuando fui a por los caramelos de malvavisco que ella siempre me guarda. Y luego en el coche iba yo pensando ¿Hasta cuando y hasta cuanto se  retroalimentará el rumor? ¿Tan sustancioso es el negocio de las revistas llamadas del corazón? ¿O será que al fin y al cabo esa gente que vive todos los días de ese fogón donde cocinan noticias y que sólo su mérito es decir “Cuál es mi cámara” no ganen tanto con esa basura como se presume?