Ay mísero de mí, y ay, infelice!
Apurar, cielos, pretendo,
ya que me tratáis así
qué delito cometí
contra vosotros naciendo;
aunque si nací, ya entiendo
qué delito he cometido.
Bastante causa ha tenido
vuestra justicia y rigor;
pues el delito mayor
del hombre es haber nacido.
Según el filósofo Hegesias, todo placer va acompañado de dolor. Esta escuela dio origen al epicureismo cuyo común denominador es, sin duda, su intento de evitar el dolor.
Platón y Aristóteles hacen una distinción bastante clara entre el placer y la felicidad; mientras que el placer es fugaz e inestable, aunque se trate de momentos supremos, la felicidad es algo más estable, o por lo menos nos hace desear una estabilidad más duradera.
La confusión del placer con la felicidad ha sido la razón de muchas e inútiles discusiones éticas. Schopenhauer en el “Arte del buen vivir” dice después de dura y madura reflexión: “No se puede considerar una existencia feliz preferible a la no existencia“, aunque su muy pesimista
filosofía duda de la realidad feliz, cuyos enemigos continuos son el dolor y el tedio.
¡Gusto…!
Las palabras gusto y placer se emplean frecuentemente como equivalentes. En relaciones amorosas y amistosas las personas pueden “gustarse” indicando que la relación resulta placentera. De forma análoga, la escultura, la pintura y otras expresiones artísticas pueden “gustar” mucho, indicando solamente una apreciación de placer.
En cuanto al goce, éste es bastante parecido al placer y requiere la percepción de sensaciones físicas, como las sexuales, gustativas, acústicas y otras. Se puede gozar de un paisaje, de un manjar, o de la unión sexual: ¡qué gusto me das…!
Los “gozos” tiene un significado religioso, en las composiciones poéticas en loor de la Virgen María o de los santos católicos.
El agrado tiene una intensidad perceptiva inferior al del goce. Con frecuencia se refiere a relaciones personales que se consideran “agradables”.
Mención a parte tiene la alegría.
La alegría es un estado mental con sensaciones agradables internas y en general con manifestaciones verbales y corporales. En este estado hay una modulación de las recepciones sensoriales que interpretan con mayor placer que el normal. Mientras que, como ya he dicho, el goce es en general de corta duración. La alegría suele ser más duradera; incluso hay personas que son más propensas a manifestar alegría. De “carácter alegre” se suele decir. En inglés el término “alegre” es la palabra “gay” que hoy se identifica con la conducta homosexual, como ya todos sabemos.
El estar contento es con frecuencia el haber logrado deseos momentáneos, como por ejemplo, sentirse satisfecho por haber conseguido un empleo o una meta en la vida…
La felicidad tiene rasgos que son variables en el espacio, en el tiempo y en las personas; la misma persona es incapaz de sentir exactamente la misma emoción dos veces seguidas, ya que siempre hay una ligera diferencia en los estímulos y en las reacciones.
por mas que busco no encuentro palabras para agradecer a tu atinada insprracion solo te digo que eres fabulosa. un beso
ResponderEliminarYo diría, Carpe Diem, vivamos el momento.
ResponderEliminarSaludos
Segismundo ha abierto la puerta y tú nos has expuesto matices y sinónimos, muy buena la entrada. Abrazos
ResponderEliminarLo bueno de la alegría es que por más que gastes, más réditos te produce.
ResponderEliminarBuena entrada.
Un abrazo.
Muy interesante, me llama mucho la atención que no se siente la misma emoción dos veces seguidas.
ResponderEliminarAbrazo.
La consciencia de las propias emociones nos permite entender quienes somos realmente, si es que la emoción no es tan solo la suma y resta de diferentes electroestimuladores, claro.
ResponderEliminarpor entre la duda anda la cosa
ResponderEliminary no se sabe bien qué mejor ( o peor?) si sufrir u gozarse sufriendo.
las perlas reales del dolor , valga que valga!!!
saludos
Coincido con Ester al 100%
ResponderEliminarUn abrazo!
Una reflexión tremendamente interesante a la que no se me ocurre apostillar ni con una coma
ResponderEliminarBesos