domingo, 27 de octubre de 2013

Mejunjes verbales… lo que hay en la caja negra del cuerpo…


Lo malo de las obras de los grandes literatos es que los editores cuando presentan sus obras, les suelen añadir cuarenta o cincuenta páginas (a veces muchas más) para que alguien nos diga lo sutiles, ágiles, extraordinarios y grandiosos que son  esos grandes a los que se presenta. Esas introducciones de encargo parece ser que son como una proyección inevitable; como si el que los presenta quisiera destacar bajo el resplandor de los ya consagrados. Ven la ocasión de mostrar su gran erudición. Afortunadamente algunas veces, no muchas, esto lo suelen hacer otros escritores del mismo rango y, entonces son mucho más breves, con lo cual demuestran su categoría con  el convencimiento de que saben que lo vamos a agradecer.





4 comentarios:

  1. Estoy completamente deacuerdo. Esa desmesurable cantidad de páginas hablando del autor aburren más que dicen y son completamente prescindibles. Del autor, de cualquier autor, ya habla su obra, y eso nos debiera bastar.

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  2. Más allá de dos paginas no es introducción...

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  3. En alguna ocasión lo dijo Abraham Lincoln a un amigo en respuesta a una carta; "Perdona que no sea más breve pero es que no tengo tiempo".

    Saludos ClaroDecir

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  4. ESo pasa...por eso creo que lor p´rologos, proemios, prolegómenos, e introducciones debían soslayarse...es como creer eunucos a los lectores, como si no tuvieran capacidad de pensar, interpretar por si mismos. Un abrazo. carlos

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