domingo, 8 de mayo de 2016

Capacidad de asombro


Hubo una época en la antigua Grecia en la que un grupo de hombres empezaron a asombrarse de todo aquello que existía a su alrededor. Su capacidad de asombro empezó a considerarse como un gran síntoma de sabiduría. Aquel movimiento de hombres cada vez mayor dejó de creer en los dioses y empezó a creer en en los humanos. Así nació la filosofía...que tiene su apoyatura en nuestra capacidad de asombro, lo que nos elevó a la categoría  de animales racionales.

Pero...¿era esto un descubrimiento tan maravilloso?

Los niños nacen con esa capacidad, se asombran de todo lo que ven...Miran a su alrededor con gran curiosidad ¡están descubriendo el mundo! De repente se agitan, mueven las manitas  y dicen; "guau,guau". Maravilloso. Acaban de descubrir un perro y se agitan entusiasmados.

Pero con el tiempo ya estamos acostumbrados a toda clase de personas, animales y cosas y nos resulta cansado tanto entusiasmo. Dejamos de asombrarnos...¿Dejamos de asombrarnos? Un verdadero filósofo nunca debe caer en esa trampa...¡¡Hay que asombrarse a ultranza!!
Al menos tratemos de no seguir a la manada...
Porque... ¿Nos echaremos las manos a la cabeza asombrados del Tratado de libre Comercio entre la UE y EE. UU.?


7 comentarios:

  1. Pues no creo que la búsqueda de la felicidad se encuentre en el camino de la filosofía. Conocer e indagar sobre los problemas de la existencia no creo yo que nos haga más felices.

    Abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Pero al menos nos hace estar alertas para llegar a conocer los tejemanejes de los mandatarios del mundo.

    ResponderEliminar
  3. ¿Nos asombrarnos que los EEUU quieran proteger a sus industrias? ¡Sí!

    ResponderEliminar
  4. Creo que a la EU, le ha ido mejor que el tratado firmado con Colombia. Entregaron hasta la posibilidad del estanco de semillas. Sólo las aprobadas por el acuerdo, que son americanas. Entonces, ni modo de guardar semillas para nuevas siembras, porque es delito. UN abrazo. carlos

    ResponderEliminar
  5. Si firman ese tratado estamos muertos...

    Hay que impedirlo.
    Como sea.

    Besos.

    ResponderEliminar