Como decíamos ayer...
Esta histórica frase de Fray Luis de León, religioso agustino y uno de los más grandes poetas en lengua castellana (1527-1591). Además de escritor fue catedrático de la Universidad de Salamanca. Fue acusado ante el Tribunal de la Inquisición por algo que explicaba en el aula y por haber traducido de la Biblia hebrea al castellano El Cantar de los Cantares. Estuvo cuatro años en prisión, al cabo de los cuales salió absuelto. El día de su incorporación a la cátedra estaba la clase repleta esperando sus primeras palabras,. ¿Atacaría a sus acusadores? ¿Criticaría a las autoridades? Y Fray Luis, mirando a los asistentes, empezó diciendo: “Como decíamos ayer”, y cuentan que continuó la frase en el punto en que la había dejado cuatro años antes. Fue una gran lección de serenidad y paciencia cuyo eco ha durado hasta nuestros días.
Por eso , esta frase se suele usar cuando uno quiere unir el tiempo presente con otro anterior en el que las cosas funcionaron con paz y armonía, y no
se quiere entrar a revolver cosas desagradables ocurridas en un tiempo intermedio. Pronunciarla supone una actitud de corazón generoso, libre de cualquier rencor.